LAS FUNCIONES EJECUTIVAS

1. LA MEMORIA DE TRABAJO

Se entiende como Funciones Ejecutivas a un conjunto de Habilidades que permiten a las personas autorregularse, planificar, monitorear y evaluar su actuación en la resolución de un problema (Zelazo & Frye, 1998; Zelazo, Müller, Frye & Marcovitch, 2003), y que permiten la adaptabilidad, anular pensamientos y respuestas automáticas, y generar conductas dirigidas a metas. Dentro de estas, encontramos tres subcomponentes tales como Memoria de Trabajo, Control Inhibitorio y Flexibilidad Cognitiva (Diamond, 2013).

En esta sección describiremos a la Memoria de Trabajo o Working Memory. 

Cuando nos referimos a la Memoria de Trabajo hablamos de un sistema de capacidad limitada (Entrenable), que almacena y manipula en forma temporal información clave para la realización de tareas o procesos mentales complejos como el Aprendizaje, la Comprensión y el Razonamiento (Baddeley, 1986). Esta memoria esta compuesta por un Ejecutivo Central que coordina la acción del Loop Fonológico (Encargado del procesamiento del Lenguaje) y la Agenda Visuoespacial (almacenamiento de imágenes). Para que la información que se esta almacenando y manipulando pueda aprenderse se utiliza el Buffer Episódico, que es el puente entre el ejecutivo central y la memoria a largo Plazo.

Para múltiples tareas dentro de una sala de clases se requiere el uso activo de la Memoria de Trabajo, Por Ejemplo, escribir un dictado, Lectura comprensiva, Ejercicios de Cálculo Mental, Pensamiento reflexivo etc. Lo anteriormente descrito nos destaca lo relevante que es el entrenamiento continuo de este subcomponente del sistema ejecutivo ya que su rendimiento impacta significativamente en todos los ámbitos del aprendizaje en nuestra vida.

Sin embargo, la memoria de Trabajo también ha sido descrita como un componente esencial en la regulación de la conducta. Russell A. Barkley La subdivide en:

  • Memoria de Trabajo no Verbal (Imagen Visual)
  • Memoria de Trabajo Verbal (Lenguaje Interno)

La primera la define en «como nos vemos a nosotros mismos en nuestra mente». En otros términos, nuestra mente reactiva las imágenes del pasado y las utiliza para guiarnos a nosotros mismos. En cooperación con este sistema, participa lo que Vigotsky llama «Lenguaje Interno». Esta es la voz que tenemos en nuestra mente y que usamos para controlarnos a nosotros mismos. Ambos sistemas pueden cambiar sentimientos, regular y moderar emociones, incluso las remplazan en caso de ser necesario. Un ejemplo del funcionamiento de dichas habilidades podría verse cuando tenemos algún problema que cambia nuestro humor. Para lograr tranquilidad, podemos recurrir a imágenes mentales asociadas a buenos recuerdos que junto con el lenguaje interno nos permiten moderar la emoción. Esta capacidad ejecutiva conduce a la Madurez Emocional.

Sin lugar a dudas, lo anteriormente descrito nos invita a reflexionar sobre lo importante que es comenzar a estimular dicha función desde una temprana edad teniendo en consideración que una de sus primeras apariciones es alrededor de los 7 meses con la permanencia del objeto.